martes, 16 de octubre de 2012

Ítaca, la importancia del camino.


En este rincón que he querido reservar para reflexionar con quien quiera acompañarme, sobre el viaje que es nuestra vida y quienes nos acompañan, no podía faltar el más conocido e indispensable poema que como pocos recoge la visión de la vida como un viaje: Ítaca de Kostantino kavafis(1911).
Conseguir los sueños es la meta que no debe perdérsenos de vista, pero si cabe -y pocas veces nos damos cuenta-, es el propio camino, el mismo viaje que emprendemos hacia ellos  lo que enriquece nuestra vida y la convierte en una aventura.
Cada cual tenemos nuestras Ítacas personales, y lo emocionante del poema, como de todo buen poema, es que te permite  reconocerte en él, como esas canciones que a veces parecen contar lo que te pasa. Y es que cada uno podemos darle el matiz que deseemos.
A estas alturas sigo persiguiendo sueños aún no cumplidos y otros nuevos.
Tras haber conseguido algunos de mis propósitos y haber fracasado en otros sigo mi rumbo, lastrada siempre por mis particulares Cíclopes y voraces Lestrigones también he sentido la amenaza inminente de naufragio y en el mar embravecido he visto alzarse la mano de Poseidón.
Creo que una vez la has sentido la temes para siempre.
Como yo, cada uno podrá leer en estos versos su propio viaje, su particular camino y darle a lo conseguido su personal significado.

 


Cuando emprendas el regreso a Itaca,
ruega que el camino sea largo, 
lleno de aventuras, de conocimiento.
A los Lestrigones y los Cíclopes, 
al irritado Poseidón, no les temas;
no hallarás tales cosas en tu camino 
si tu pensamiento es elevado, si una sublime 
emoción embarga tu espíritu y tu cuerpo. 
A los Lestrigones y los Cíclopes,
al feroz Poseidón, no los encontrarás 
si no los llevas en tu alma,
 si tu alma no los pone ante ti. 

 Ruega que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas estivales 
en que lleno de placer y alegría 
entres a puertos vistos por primera vez; 
detente en los mercados fenicios
y adquiere hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano, 
y toda clase de perfumes voluptuosos, 
todos los perfumes voluptuosos que puedas;
visita muchas ciudades egipcias
para aprender más y más de los sabios.

Ten siempre en tu mente a Ítaca.
Tu meta es llegar allí. 
Pero no apresures de ninguna manera el viaje. 
Mejor que dure muchos años, 
y viejo ya ancles en la isla, 
rico con cuanto ganaste en el camino, 
sin esperar que Ítaca te dé riquezas.
Ítaca te dio el hermoso viaje. 
Sin ella no hubieras salido al camino. 
Pero ya no tiene nada para darte. 
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado. 
Tan sabio como has llegado a ser, con tanta experiencia, 
ya habrás comprendido qué significan las Ítacas.

Konstantinos Kavafis - Ítaca  Traducción de Miguel Castillo.

 

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